domingo, 12 de diciembre de 2010

Si ya no queda otra cosa más que un adiós, no te tires a llorar para siempre. Decimos nunca más, nunca más me enamoro, nunca más vuelvo a confiar, nunca más voy a enseñar cómo ser feliz, con detalles que casi nadie ve... Puedo pasar horas comentando lo que yo hago y el resto no. Dirás y ésta de qué se la da, si ser feliz no se enseña, bueno, tal vez me expresé mal, muchos saben cómo soy, sólo puede que este cambiando, pero ahora valoro lo que ayer no... a mi. Hablar sin palabras, ver con las manos. Lo que un día soñé, no sé si va a ser, me hace sentir algo rara saber hoy que nada es para siempre, ¿Podes creer que por un momento imaginé eso? Sé amar. Pregúntale a cualquiera. Gracias por los halagos, lo agradezco, ver que notan lo que soy, a pesar de la gente superficial que me rodeó toda la vida, me hace sonreír de felicidad, y eso quiero recuperar... las risas que me robaron, el corazón que tiraron abajo, no me quejo, sólo lo menciono, ¿Por qué? Porque soy fuerte, porque tengo personas que me quieren de verdad, porque a la noche sonrío antes de dormir, sabiendo que dí y doy todo, todo lo que puedo. No sé si en ésta vida perdí mucho o poco, pero soy feliz con lo que tengo, no me acostumbro al dolor y puede que me abandonen muchas veces más, pero eso no es lo que más me angustia, sino la persona que lo hace, y la forma en la que lo hace, cómo se llenan la boca de palabras, uff, y tarde entendí que a las palabras se las lleva el viento, tiempo de pensar en mi: Soy joven, me falta mucho por andar, trato de encontrar soluciones rápidas para dejar de llorar. Mi corazón lo armé, y ya termino de poner la última pieza. Comenzar a llenarlo empiezo.







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